Los cuentos populares son alimentos para el alma del niño, estimulan su fantasía y cumplen una función terapéutica; primero, porque reflejan sus experiencias, pensamientos y sentimientos; y, segundo, porque le ayudan a superar sus ataduras emocionales por medio de un lenguaje simbólico, haciendo hincapié en todas las etapas por las que atraviesa a lo largo de su infancia.
Por este motivo, a través de esta entrada, queremos animar a todos los padres y madres y a los docentes, a que no dejen de lado este tipo de recursos, ya que son muy divertidos, entretenidos y motivadores, y a todos en algún momento de nuestras vidas nos han encantado.
Además, los niños a través de estos cuentos siempre aprenden alguna moraleja, ya que todos tienen algo bueno que enseñar, como por ejemplo el de "Los tres cerditos". En este cuento se le enseña a los niños y niñas que el esfuerzo merece la pena, y que por tanto tienen que esforzarse para hacer las cosas bien, y después siempre habrá una buena recompensa, como en este caso, que gracias al cerdito más mayor que construye su casa de buenas maneras aunque le suponga mucho tiempo, consiguen salvarse de que se los coma el lobo.